Deteccion De Sintomas De Dismorfia Muscular En Halterofilos Masculinos

Detección de los síntomas de la musculatura en los elevadores de peso masculino

Detección de síntomas de dismorfia muscular en halterófilos masculinos

Andrea Hernández-Martínez, Irene González-Martí y Onofre Ricardo Contreras Jordán

Universidad de Castilla-La Mancha (España).

Correspondencia

ABSTRACT

La dismorfía muscular (MD) es un trastorno desmórfico del cuerpo en el que el sufriente está insatisfecho con su tamaño y forma del cuerpo. MD todavía no ha sido estudiado en los elevadores de peso, y el objetivo de este estudio de investigación es detectar sus síntomas en 32 elevadores de peso masculinos, así como cualquier característica y comportamientos relacionados. Este estudio incluyó la distribución de un cuestionario sociodemográfico además de la Escala de Satisfacción Muscular, el Cuestionario de Autorconcepto Físico y la Matriz Somatomorfa, con las mediciones antropométricas de los participantes también se registran. Los resultados revelaron la existencia de insatisfacción corporal entre atletas y, en algunos casos, percepción muscular que no equipara a la realidad. Los atletas también utilizan sustancias para construir sus músculos y mejorar su rendimiento, muestran comportamientos obsesivos de control muscular, y tienen bajo autoconcepto físico general bajo que se deriva de su músculo (dis)satisfacción. Para concluir, este estudio confirma la existencia de MD en este deporte.

Palabras clave: Muscle Dysmorfía; elevadores de peso; machos; insatisfacción muscular.

RESUMEN

La Dismorfia Muscular (DM) es un desorden dismórfico corporal en el que la persona que lo padece está insatisfecho con su tamaño corporal, y/o forma. La DM no ha sido estudiada en halterófilos, por lo que el objetivo de esta investigación fue detectar síntomas en 32 halterófilos varones, así como características y comportamientos asociados. Este estudio requirió la cumplimentación de un cuestionario sociodemográfico además de una Escala de Satisfacción Muscular, un Cuestionario de Auto-concepto Físico y el Somatomorpic Matrix, así como el registro de las medidas antropométricas de los participantes. Los resultados revelaron la existencia de insatisfacción muscular entre los deportistas además del uso de sustancias con el objetivo de hacer crecer su musculatura y mejorar su rendimiento, comportamientos obsesivos con el fin de comprobar su musculatura, y bajas puntuaciones en autoconcepto físico como consecuencia de la insatisfacción muscular que sufrían. Se puede concluir que esta investigación confirma la existencia de DM en esta modalidad deportiva.

Palabras clave: Dismorfia Muscular; halterófilos; varones; insatisfacción muscular.

Introducción

La dismorfía muscular (MD) es un trastorno desmorfico corporal (APA, 2014) en el que el sufriente está excesivamente preocupado e insatisfecho con el tamaño y la forma de sus músculos (Pope, Phillips & Olivardia, 2000; González-Martí, Fernández " Contreras, 2012). Por lo tanto, la masa muscular se convierte en un indicador de DM, una de las variables en el desarrollo de esto, que se calcula mediante el índice de masa libre de grasa (FFMI; Kouri, Papa, Katz & Oliva, 1995). El producto de esta ecuación, que se describe en una sección posterior, revela si los músculos de una persona son el resultado del uso de esteroides.

Como han demostrado algunos estudios de investigación, el MD es común en deportes como el culturismo (Esco, Olson & Williford, 2005; González-Martí, 2012), en los que se evalúan los competidores sobre la base de su físico. Se ha observado que el MD es muy frecuente entre esta población (Esco et al., 2005), incluso en mujeres (González-Martí, 2012). Sin embargo, el trastorno no ha sido estudiado en el deporte del levantamiento de pesas, a pesar de ser una disciplina en la que la fuerza, y por lo tanto un físico muscular, es de suma importancia, como una capacidad condicional que es central para el rendimiento.

Además, y a pesar de que los elevadores de peso se entrenan con el objetivo de levantar grandes pesos y no con fines estéticos, es probable que los síntomas de MD aparezcan en tales atletas, ya que tanto la masa muscular como la fuerza son factores que son vitales para el rendimiento en el deporte (Barghurst & Lirggs, 2009; Cafri, Van den Berg & Thompson, 2006; Hale, Roth, Delong & Briggs, 2010). Dado que su formación implica principalmente la fuerza explosiva y el trabajo de coordinación, los elevadores de peso tienen un FFMI alto, un factor vinculado al uso de esteroides anabólicos androgénicos (AAS), que son utilizados comúnmente por culturistas y levantadores de peso (Cafri et al., 2005). El consumo de AAS es otro de los síntomas del MD (Babusa, Urbán, Czeglédi & Túry, 2012). Se ha demostrado que contribuyen a aumentar la musculatura y ayudan a aliviar cualquier insatisfacción muscular que siente la persona que sufre.

Dada la falta de estudios sobre el MD en los elevadores de peso masculinos y los vínculos demostrados entre rendimiento, fuerza y FFMI, el objetivo de este estudio de investigación es detectar la presencia de síntomas del MD en el deporte, así como características y comportamientos relacionados. Con esto en mente, se plantearon cuatro hipótesis, la primera es que una actividad en la que el desarrollo muscular es un factor clave, ya que es el caso del levantamiento de pesas, algunos atletas mostrarán síntomas de DM (Grive, 2007), ya que puede ser distorsión muscular y la insatisfacción corporal como resultado.

La segunda hipótesis fue que los atletas afectados por DM utilizarán sustancias como suplementos de construcción muscular y quemadores de grasa para aliviar la distorsión corporal de la que sufren. La tercera hipótesis fue que los elevadores de peso que sufren de MD se comprometerán en comportamientos obsesivos de control muscular en un esfuerzo por detectar cualquier aumento del tamaño muscular, mientras que el cuarto fue que los participantes con MD tendrán baja percepción física general como resultado de dicha insatisfacción muscular.

Método

Diseño

La naturaleza de esta investigación es descriptiva y correlacional. Explora las relaciones de variables relacionadas con el DM en una muestra de machos elevadores de peso, debido a la escasa literatura publicada sobre el tema.

Participantes

Participaron en el estudio 32 elevadores de peso masculinos entre 13 y 40 años (M = 23.22, SD = 7.99). Este tamaño de muestra relativamente pequeño puede explicarse por el bajo número de elevadores de peso actualmente registrados con clubes acreditados y la dificultad de obtener acceso a estos clubes. Alrededor del 96% de los participantes fueron heterosexuales, mientras que el 4% restante no proporcionó información sobre su orientación sexual. En cuanto a los antecedentes étnicos, el 97% de los participantes eran caucásicos y el 3% africanos. La altura media fue de 1,71 m (SD = 6,15), mientras que el peso medio fue de 76,55 kg (SD = 12.88). En términos de grasa corporal y FFMI, los promedios fueron 12.85% (SD = 5.42) y 22.38 kg/m2 (SD = 2.60). De las ocho categorías de peso reconocidas por la Federación Internacional de Levantamiento de Peso (IWF), los atletas oscilaron entre uno y seis (de 56 kg a 94 kg). El número de horas dedicadas a la formación cada semana varió, dependiendo del nivel de los atletas (M = 10.65, SD = 8.45), y fue influenciado por la categoría en la que compiten y su participación en campeonatos regionales, continentales y mundiales.

Medidas

Medir el porcentaje actual de grasa corporal del participante. Para determinar esto, las alturas y pesos de los participantes se midieron utilizando una medida portátil de altura de la SECA 206 y escalas digitales (SECA, Hamburgo, Alemania), con las unidades de medición del sistema métrico internacional que se utilizan para registrarlos. También se utilizó una cinta métrica de fibra de vidrio para medir las circunferencias de la extremidad y un grifo plegable de la piel (AW610 Holtain) para pliegues de la piel. Los datos fueron tomados de seis pliegues (trituras, subscapulares, pechos, supraspinales, abdominales y muslos anteriores), de acuerdo con la fórmula de Jackson y Pollock (1978): ([% grasa corporal = .217x -.00029×2 + .133y – 5.73]), donde el desconocido “x” es la suma de los pliegues de la piel y “y” la edad del participante.

Medir el nivel actual de musculatura del participante. Se aplicó el índice de masa libre de grasa (FFMI; Kouri, et al., 1995) para proporcionar información sobre el nivel actual de musculatura. Utiliza la siguiente fórmula: [peso (100 – %body fat) / 100) / altura2 + 6.1 (1.8 – altura)], con el FFMI real del atleta siendo calculado como resultado. If you have any questions concerning where and the best steroid for mass ways to use anabolic steroid guide, you can contact us at our web page. Según Pope et al. (2000), los resultados que produce deben interpretarse de la siguiente manera: kg/m2 representa a un hombre con un bajo nivel de musculatura, Kg/m2 es equivalente al cuerpo típico de un joven, kg/m2 equivale al cuerpo de un hombre particularmente musculoso, y 25 kg/m2 y superior representa el límite máximo de musculatura que se puede alcanzar sin usar esteroides. Por su parte, la grasa corporal se calculó usando la fórmula citada en la sección anterior.

Measuring body image. La Matriz Somatomorfa (Gruber, Papa, Borowiecki & Cohane, 1999), software bidimensional que evalúa la imagen corporal de un individuo en relación con su musculatura y grasa corporal, se utilizó para medir esta variable. Se requiere información sobre el peso, la altura y el FFMI real (Kouri et al., 1995) para que se administre. El instrumento está compuesto por 100 imágenes dispuestas en una matriz de diez x diez, mostrando diez niveles diferentes de grasa corporal y diez niveles de FFMI. El atleta debe modificar una serie de imágenes de acuerdo con su imagen corporal y una serie de cinco declaraciones, las dos primeras fueron consideradas para este estudio. Como resultado, su FFMI percibido y grasa corporal se determina además de su FFMI deseado y grasa corporal. También se crearon tres nuevas variables para este estudio de investigación para detectar la discrepancia entre FFMI real y percibido, FFMI real y deseado, y FFMI percibido y deseado (González-Martí, 2012; González-Martí, Fernández, Hernández-Martínez & Contreras, 2014).

Detección de síntomas de dismorfía muscular. La Escala de Satisfacción Muscular (ESM; González-Martí, Fernández, Contreras & Mayville, 2012) que comprende 19 artículos correspondientes a cinco variables vinculadas a la insatisfacción muscular (dis)satisfacción, dependencia de culturismo, control muscular, uso de sustancias y lesión, fue administrada con este propósito. Las respuestas se clasifican usando una escala de 5 puntos tipo Likert que va desde 1 (totalmente desacuerdo) a 5 (totalmente de acuerdo). Los artículos 1, 4 y 14 se clasifican de manera inversa ya que se escriben utilizando construcciones negativas. El resultado de la prueba se calcula agregando las puntuaciones para cada elemento, con categorías de insatisfacción muscular que se crean de acuerdo con los totales de puntos. Las categorías van desde 19 a 95 puntos. Los participantes que anotan entre 19 y 39 puntos (categoría 1) se consideran satisfechos con su musculatura, los que anotan entre 40 y 57 (categoría 2) son ligeramente insatisfechos, los que anotan entre 58 y 76 (categoría 3) son moderadamente insatisfechos, y los que anotan más de 77 (categoría 4) se identifican como sufrimientos de MD (González-Martí et al. El cuestionario tenía un alfa de Cronbach del 63.

Evaluación de comportamientos de control muscular y uso de sustancias ergógenas. Se utilizó un cuestionario demográfico compuesto por 28 artículos. Se hicieron preguntas cerradas para 14 de estos artículos, con opciones de respuesta entre dos y ocho (por ejemplo: “¿Alguna vez has tomado suplementos o pastillas de ganancia de peso?”, “¿Cuántas veces por día te miras en el espejo?” Se hicieron preguntas abiertas para el resto de los artículos, dando a los participantes la oportunidad de proporcionar respuestas más extensas (por ejemplo: “¿Qué tipo de píldoras o suplementos has tomado?”, “¿Cómo comprobar que se ha producido una mejora física?”). Los elementos que componen el instrumento de investigación abarcan varios aspectos que van desde la preferencia sexual, el número de horas dedicadas al ejercicio físico y la imagen corporal.

Medición del autoconcepto físico. Se pidió a los participantes que completaran el Cuestionario de Autoconcepto Físico (CAF; Goñi, Ruiz de Azúa & Liberal, 2004) con este propósito. La CAF comprende 36 artículos con respuestas que se valoran utilizando una escala tipo Likert de 5 puntos que va desde 1 (falso) hasta 5 (verdad), permitiendo obtener puntajes para cada subdominio específico de autoconcepto físico, de acuerdo con el modelo de Fox y Corbin (1989): habilidad deportiva, condición física, atractivo físico y fuerza, además de dos subdominios generales, a saber, autoconcepto general y autoconcepto físico general. Este instrumento de investigación tenía un alfa de Cronbach de 92.

Procedimiento

Los criterios para la selección de los participantes eran que debían pertenecer a uno de los tres grupos de edad reconocidos por el IWF (tanto jóvenes como mayores) y que debían haber participado en campeonatos regionales, continentales o mundiales. Los clubes deportivos se evaluaron en cuanto a su idoneidad para el estudio de investigación, con los gerentes de estos clubes que luego fueron contactados y el propósito del estudio les explicó. Una vez que habían dado su permiso y se habían puesto a disposición las instalaciones necesarias, cada participante firmó un formulario de consentimiento informado que explicaba el objetivo del estudio de investigación. En el caso de los menores, el documento fue firmado por sus tutores legales. Los datos se recopilaron utilizando el protocolo de la Sociedad Internacional para el Adelanto de la Pometría de Kinanthro (ISAK; Marfell-Jones, Olds, Stewart & Carter, 2006), con medidas de altura y peso que se estaban tomando al comienzo del día. Luego se tomaron medidas antropométricas. Se registró información relativa a la grasa corporal en los pliegues seleccionados y se calculó el porcentaje de la grasa corporal total de los participantes aplicando estos datos a la fórmula de Jackson y Pollock (1978). Los participantes completaron los siguientes instrumentos de investigación: un cuestionario demográfico, la Escala de Satisfacción Muscular (ESM; González-Martí et al., bodybuilding steroid cycles 2012), el Cuestionario de Autoconcepto Físico (CAF; Goñi et al., 2004) y la Matriz Somatomorfa (Gruber et al., 1998). Cada atleta tomó menos de 20 minutos para proporcionar datos.

Análisis de las estadísticas

Los datos se analizaron utilizando técnicas descriptivas para presentar las características básicas de las variables que se examinan (imagen corporal y satisfacción corporal de los participantes, uso de sustancias, comportamientos asociados con el control de peso y la comprobación/comparsión de la musculatura y autoconcepto físico), de acuerdo con las categorías ESM. Seleccionado a la luz del número de participantes y el incumplimiento de los criterios de normalidad de la muestra, el test de rango firmado por Wilcoxon se utilizó para comparar promedios tomando en cuenta el FFMI real, FFMI percibido y FFMI deseado. Por último, se utilizaron correlaciones bivariadas (Rho de Spearman) para determinar en qué medida los datos extraídos de los cuestionarios ESM y CAF respondieron a la hipótesis de investigación, todo ello con la asistencia de SPSS Statistics 20.

Resultados

Detección del músculo Dysmoria

En la tabla 1 se informa de los resultados de la prueba de rango de Wilcoxon firmada para toda la muestra, donde se muestra que todos los participantes tienen un FFMI real (Kouri et al., 1995) que es mayor que su FFMI percibido y que todos quieren que su FFMI real sea más alto. Veinte de los participantes, un 62,5% de la muestra, también quieren un FFMI más alto que su FFMI percibido.

De conformidad con la Escala de Satisfacción Muscular, los participantes se clasificaron de la siguiente manera: 34.4% dijo que estaban satisfechos con su musculatura (categoría 1), 59.4% expresó leve insatisfacción con su musculatura (categoría 2), y 6.3% dijo que estaban moderadamente insatisfechos con su musculatura, que los situó en la categoría 3 y los reveló que tenían síntomas de dismorfia muscular y ser una población en riesgo.

En el cuadro 2 se muestra cómo los participantes de la categoría 3 tienen un FFMI real superior (M = 22,80 kg/m2) y un FFMI menor percibido (M = 15 kg/m2) que el resto de los atletas, revelando una distorsión de 7,8 kg/m2 en términos del nivel de desarrollo muscular. Esto es apoyado por el hecho de que el FFMI deseado de los participantes en esta categoría es más pequeño que su FFMI real.

Uso de sustancias

El análisis de frecuencias reveló que todos los participantes de la categoría 3, a saber, los que obtuvieron 58 puntos o más en el ESM y están moderadamente insatisfechos con su musculatura, consumen algún tipo de suplemento de ganancia de peso a diario o dos veces a la semana. Estas sustancias son el carbohidrato y los batidos de proteína, que se consumen en las cantidades recomendadas. Son estos participantes que gastan la mayoría en sustancias y que también intentarían cualquier tipo de producto para aumentar su musculatura.

Comportamientos de control muscular

Todos los participantes estuvieron de acuerdo en que el ejercicio que realizan ayuda a mejorar su físico, aunque no todos ellos dijeron que se verifican para ver que esta mejora realmente tiene lugar. En cuanto a las frecuencias de los atletas pertenecientes a la categoría 3 de la ESM, se encontró que miran en el espejo para comprobar cualquier cambio en su apariencia física, haciendo así tres veces al día o “tal como pueden”, tanto antes como después del entrenamiento. La mitad de estos participantes comprueban su peso una o dos veces al día y el mismo número también reconoció que comparan sus cuerpos con los de sus colegas, afirmando que lo hacen “muchas veces al día”.

Autoconcepto físico

En cuanto al autoconcepto, las percepciones de los participantes de la categoría ESM 3, los atletas que están moderadamente insatisfechos con su musculatura, son inferiores a las de los otros atletas, como se puede ver en la tabla 3, con los subdominios autoconcepto físico general, el autoconcepto general y el atractivo físico particularmente prominente. Por el contrario, su percepción de fuerza es mayor que la de los otros elevadores de peso.

La correlación entre insatisfacción muscular y autoconcepto físico

Los subdominios de las categorías ESM se correlacionan de manera significativa y positiva con los cinco subdominios que componen el ESM (r = .38 – .64), con las correlaciones más elevadas que se encuentran con dependencia de culturismo (r = .64, p <) = .47, p < 01), con .35,p יr href="/img/revistas/ap/v33n1/psicologia_deporte2_tabla4.jpg" Cuadro 4

Debate

El objetivo de este estudio fue detectar la presencia de síntomas de MD en los elevadores de peso masculinos. Se propusieron cuatro hipótesis para lograr este objetivo. La primera positó que en una actividad en la que el desarrollo muscular es un factor clave, como es el caso en el levantamiento de pesas, algunos atletas mostrarían síntomas de DM, ya que puede ser distorsión muscular y descontento corporal como resultado.

En cuanto al tipo de actividad física, el levantamiento de pesas no es un deporte aeróbico, un tipo de actividad en la que se encuentran las correlaciones más altas con insatisfacción corporal y autoconcepto físico (Ruíz de Azúa, Goñi & Rodríguez, 2005). Sin embargo, puede haber una correlación negativa fundada en las características del deporte, debido a la creación de categorías de competencia basadas en un peso específico (Ruíz de Azúa et al., 2005), aunque esto no es tan importante como en los deportes en los que se valora la apariencia estética.

En cuanto a la distorsión muscular mencionada, los datos muestran que todos los participantes tienen un FFMI real (Kouri et al., 1995) que es más alto que su FFMI percibido, y que quieren un FFMI más alto de lo que realmente tienen (FMI real), en consonancia con otros estudios (Murray et al., 2012). Esto puede atribuirse al hecho de que las expectativas de los hombres siempre han tomado el desarrollo muscular como su enfoque (Meesters, Muris, Hoefnagels & Van Gemert, 2007; Menees, 2010; Wilson, 2010).

En vista de la discrepancia entre el FFMI real y el FFMI deseado, se observó que los participantes en la categoría 3 de la ESM, que anotó 58 puntos o más en el ESM y por lo tanto fueron moderadamente insatisfechos con su musculatura, tenían un FFMI real superior (M = 22,80 kg/m2) y un FFMI menor percibido (M = 15 kg/m2) que los otros atletas primeros, que soportan la hipótesis. Estas diferencias revelan una distorsión en el nivel de musculatura entre los participantes en esta categoría de 7,8 kg/m2. Se dice que el MD existe cuando dicha diferencia supera los 3 kg/m2 (González-Martí, 2012; Pope et al., 2000). Estudios realizados en diferentes deportes han demostrado que los atletas quieren ser más musculosos de lo que son (Cohane & Pope, 2000; González-Martí, 2012; Grammas " Schwartz, 2009; Gruber et al., 1999; Kelly, Neufeld " Musher-Eizenman, 2010; Pope et al., 2000), resultados que corresponden con el FFMI de 20 participantes en este estudio. Sin embargo, los resultados no coinciden con los datos presentados por Urpadilleta, Aspavlo, Masse & Docteur (2010) en investigación realizada con nadadores, en los que la FFMI deseada por los participantes fue similar a la FFMI que percibieron (Urpadilleta, Aspavlo, Masse & Docteur, 2010).

El problema que puede derivarse de una divergencia entre el FFMI deseado y el FFMI percibido es la insatisfacción muscular. Dicha insatisfacción correlaciona con una dependencia del ejercicio (González-Martí et al., 2012), que se ve más comúnmente en atletas que están por debajo de su peso ideal (Arbinaga, 2005) y que quieren aumentar la masa muscular en lugar de grasa (Ochner, Gray & Brickner, 2009). No es a menudo el caso de que los elevadores de peso están por debajo de su peso ideal, aunque pueden expresar un deseo de ser más musculosos de lo que realmente son, en gran parte porque están insatisfechos con su fuerza o con los pesos que son capaces de moverse (Hale et al., 2010) o porque están insatisfechos con el tamaño de sus músculos.

La segunda hipótesis fue que los atletas que sufren de MD usarían sustancias para aliviar la distorsión corporal de la que sufren, con el objetivo de mejorar su apariencia. Los datos muestran que toda la muestra toma sustancias por esta razón, principalmente con el objetivo de ganar peso, un aumento que equipara a la construcción de masa muscular. La segunda hipótesis puede ser aceptada, dado que una de las razones por las que los atletas utilizan sustancias es reducir la insatisfacción muscular, como lo afirma Babusa et al. (2012) y Cafri & Thompson (2004). Otra posible razón para consumir estos productos es la baja percepción de que los atletas pueden tener de su fuerza (Sokolova, González-Martí, Contreras & Fernández, 2013; González-Martí, Fernández, Hernández-Martínez " Contreras, 2014) debido a la naturaleza del deporte del levantamiento de pesas, aunque este no es el caso en estos participantes.

La tercera hipótesis del estudio propuso que los elevadores de peso que sufren de MD participarían en comportamientos obsesivos de control de cuerpo en un esfuerzo por detectar cualquier aumento de su musculatura, ya sea mediante el uso de escalas, mirando en un espejo o comparandose con sus colegas. Aunque estos comportamientos pueden ser comunes en algunos atletas, no necesariamente significa que tengan un trastorno, aunque se considera un problema cuando se verifican excesivamente o tal comportamiento se vuelve compulsivo (Alfano, Hildebrandt, Bannon, Walker & Walton, 2011). Tales comportamientos también pueden dar lugar a síntomas obsesivos (Wolke & Saupona, 2008), como lo muestra la categoría 3 participantes, que están moderadamente insatisfechos con su musculatura y que controlan sus músculos siempre que sea posible. Estos comportamientos están vinculados a problemas de peso y forma corporal y a la depresión y al uso de AAS (Walker, Andreson & Hildebrandt, 2009), que también están asociados con la posible insatisfacción muscular.

En este estudio, todos los atletas de la categoría 3 dijeron que se revisaron en el espejo para los cambios del cuerpo tres veces al día o ” tantas veces como sea posible”, que apoya la hipótesis planteada. Además, el 50% de ellos dijo que comparó sus cuerpos con los de sus colegas, indicando que lo hacen “muchas veces al día”, lo que sugiere que tienen menos confianza en sí mismos que los elevadores de peso que no se comparan con otros (Arbinaga & Caracuel, 2005).

La cuarta hipótesis era que los participantes con MD tendrían bajo autoconcepto físico como resultado de la insatisfacción muscular de la que sufren. Los datos soportan esta teoría y confirman que la hipótesis es correcta, ya que los atletas que están moderadamente insatisfechos con su musculatura (categoría ESM 3), tienen baja autopercepción en todos los subdominios de CAF, especialmente atractivo físico. En cuanto al autoconcepto físico, se observó que se refiere tanto a la percepción subjetiva de que una persona tiene de sus capacidades o condición física y a sus sentimientos y percepciones relacionados con la apariencia. Por lo tanto, puede concluirse que el valor que una persona atribuye a sus efectos físicos sobre su autoconcepto físico y, por consiguiente, sobre su autoconcepto general.

El estudio también reveló correlaciones entre el autoconcepto físico general y la capacidad deportiva de los subdominios (r = .55), condición física (r = .51), fuerza (r = .54) y atractivo físico (r = .77), que corresponde a la investigación realizada por González-Martí et al., (2014) y Moreno, Moreno " Cervelló (2009). Una excepción detectada en los participantes de la categoría 3 (moderadamente insatisfecha con su musculatura) fue la puntuación alta que registraron en su percepción de fuerza. Esto puede deberse a la cantidad de entrenamiento que hacen, lo que también puede ayudar a los atletas a aliviar la distorsión corporal y la insatisfacción muscular de la que sufren, por lo tanto la correlación detectada entre las categorías de la ESM subdominio y dependencia del culturismo (r = .64) y la comprobación muscular (r = .47), y la existencia de correlaciones entre el control muscular y el uso de sustancias (r = .35). Esto demuestra que cuanto más alto sea la categoría ESM a la que pertenece el atleta, mayor su dependencia de la culturismo, más comportamientos de control muscular en los que participarán y más sustancias consumirán con el propósito de mejorar su apariencia, todo lo cual está vinculado a la insatisfacción muscular.

Continuando con el tema de la insatisfacción muscular como uno de los principales síntomas de DM, el estudio reveló correlaciones negativas entre el músculo (dis)satisfacción y el autoconcepto físico general, que pueden vincularse a baja autoestima (Wolke & Saupona, 2008), baja percepción de atractivo físico y bajo autoconcepto físico. Estos datos corresponden a los hallazgos presentados por Sokolova et al. (2013), que muestran que los enfermos de MD tienen una baja percepción de su atractivo físico y su baja percepción de sí mismos. También corresponde a la correlación negativa entre el autoconcepto general y el atractivo físico detectado en un estudio realizado con adolescentes (Fernández, Contreras, González " Abellán, 2011).

Conclusión

El objetivo de este estudio fue detectar la presencia de síntomas de MD en los elevadores de peso masculinos, que se demostró por medio de cuatro hipótesis. En primer lugar, se observó que los atletas pueden mostrar síntomas de MD en participar en una actividad en la que el desarrollo muscular es un factor determinante. También se encontró que los participantes pertenecientes a la categoría 3 de la ESM utilizaban sustancias para aumentar su musculatura y demostraron comportamientos excesivos de control muscular. Por último, se encontró que estos atletas tenían una baja percepción de su atractivo físico, un factor relacionado con la posible distorsión de imagen corporal sufrida por los participantes que fueron moderadamente insatisfechos con su musculatura y anotó 58 puntos o más en el ESM.

Con el fin de investigar el tema en mayor profundidad, la investigación futura sobre MD podría centrarse en su aparición en atletas en una gama de deportes diferentes y ayudar a establecer criterios comunes basados en las características específicas de cada deporte. Esto mejoraría la prevención y/o detección de estos tipos de trastornos.

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